Nunca en horas de clase

Sandra Mozarosky (¿o Verónica Miriel?), Inma de Santis, José Antonio de la Loma y Nadia Windel. (1975-1977)

Sandra Mozarowsky es, porque lo sigue siendo, una actriz muy popular entre los nostálgicos del cine español de los 70. Se nota. Se siente. Indirectamente y vía Google, este mismo blog recibe muchas visitas de búsquedas relaciones con ella. Hoy, los fans de Sandra se congratularán con la espléndida fotografía superior, en la que posa —muy favorecida— junto a Inma de Santis, José Antonio de la Loma y Nadia Windel. El año no puedo precisarlo, probablemente entre 1975 y 1977. Merece la pena descargársela en alta resolución (NOTA: puede que sea Verónica Miriel y no Sandra Mozarowsky).

Nunca en horas de clase (1978) es una comedia erótica escrita y dirigida por José Antonio de la Loma. Para nuestro interés, en ella actúan el recientemente fallecido y todavía llorado José Luis López Vázquez, que con su aportación personal e intransferible nos hace pasar algunos de los mejores momentos de la película, y por supuesto ella, la razón de ser y causa primigenia. Inma. No haya malentendidos por la susodicha fotografía: Sandra Mozarowsky no trabaja en esta película.

Nadia Windel, Inma de Santis y Nuria Mora interpretan respectivamente a Angélica, Susy e Ivonne, tres colegialas de Barcelona que sueñan con la seducción y la emancipación sexual, y poco menos que disparan contra todo lo que se mueve en las discotecas de la Ciudad Condal, señores "mayores" incluídos. Según los créditos, las discotecas donde se rodaron las escenas de baile, con música del grupo italiano New Trolls (de un estilo que recuerda a los Bee Gees), fueron Trauma, Zafiro y Menfis en Berga. Desconozco si alguno de estos locales todavía existe, aunque sea con otro nombre, y si se sigue dedicando a la misma actividad.

De las tres chicas, la más precoz y descarada es Angélica (Windel), hija de un juez sensibilizado con el acoso sexual "a las menores". Se puede afirmar con rotundidad que Nadia Windel es la verdadera protagonista de Nunca en horas de clase, que según declaró en una entrevista posterior, rodó con 16 años, aunque a mis ojos aparentaba bastantes más, tantos que si me dijeran que tenía 30 me lo creería perfectamente. Inma de Santis sale bastante, no nos podemos quejar, pero es la actriz secundaria, un dulce convidado en la epopeya sexual de Nadia Windel. Y ya muy relegada Nuria Mora, que la pobre casi ni habla. Para Nadia Windel era la segunda película y para Nuria Mora la primera, pero ninguna de ellas volvería a trabajar en el cine. Se quedaron desaparecidas en combate, como Chuck Norris en aquella guerra recién terminada cuando se filmó Nunca en horas de clase.

Claramente inspirada en el Saturday Night Fever (1977) de John Travolta, Nunca en horas de clase es una obra cinematográfica de un guión y dirección de aficionado minusválido, con diálogos que más que cómicos podemos definir como inverosímiles, caricaturescos, pero en la que disfrutamos de una Inma que aprovecha para exhibir su don natural para el baile, trabajado y perfeccionado en la niñez. Las dignas escenas de baile, Inma y López Vázquez, genio y figura, son lo rescatable de esta perpetración que hay que recordar con sentido del humor. No sé en qué estima tenía Inma esta película, pero imagino que en poca. El asesino de muñecas no le gustaba y en mi opinión es mejor.

Para saber más: Nunca en horas de clase en Cine de Medianoche.