9 de marzo de 2008

Conociendo a Inma II

La primera es una entrevista a Inma en el suplemento semanal de ABC, en septiembre de 1983. No la transcribo porque algunas partes del texto no salen en las fotografías, pero en ellas puede leerse casi todo. Y la segunda es una entrevista de la revista Tráfico, de diciembre de 1987, dos años antes del fatal accidente de tráfico que ella sufriría.

"Yo soy una persona bastante prudente conduciendo y pienso que por cumplir con mi deber al volante no me va a pasar nada… Aunque sé que eso no es ninguna garantía".

Revista Los domingos de ABC. 1983


Revista Tráfico. 1987

Desde el 12 de junio pasado, Inma de Santi presenta en televisión «Fin de Semana». Una nueva etapa de esta actriz-guionista-realizadora que ya ha dado muestras de su validez profesional en sus más de veinte películas interpretadas, en sus innumerables telenovelas y a través de su experiencia teatral con obras como «Castigo sin venganza», de Lope de Vega; «La herida del tiempo», de J.B. Priestley, o «Del rey Ordás y su infamia», de Fernán Gómez. Inma de Santi no deja de superarse día a día y encuentra en el manejo del automóvil por carretera una ocasión para el relajamiento.

— ¿Cómo te has tomado este nuevo trabajo en televisión, este «bautizo de fuego» como presentadora?

— Con el mismo entusiasmo con que me tomo casi todas las cosas. Soy una mujer bastante apasionada y cuando me llamaron a casa, me pareció un desafío. Ser la responsable de los textos y la imagen del programa y poder seguir su gestión es algo que me atrajo mucho. Me ha ayudado mucho el equipo con que cuento, porque no me había planteado nunca la posibilidad de promocionar los espacios de fin de semana en televisión de la manera que más pueda entrar al espectador.

— Como actriz y realizadora, como parte del mundo del cine y el teatro, ¿no es un poco como tirar piedras a tu propio tejado esta promoción de los programas de fin de semana? Porque lo cierto es que quien se queda en casa viendo la televisión, no sale ni al cine ni al teatro.

— La televisión está ahí y todo el que quiera puede enchufar la tele. Sería pedantería y prepotencia por mi parte el pensar que por salir yo informando de lo que dan por televisión, la gente se vaya a quedar en casa sin salir. Ese debe ser el objetivo del programa, pero yo todavía no me lo creo mucho. Pienso que si alguien tiene interés en ir al teatro o ver una película, lo hará. Pero el problema es que estos medios están muy poco promocionados. Quizá la solución sería contrarrestar estas promociones de televisión con otras de los demás medios.

— ¿De qué manera crees que podría promoverse el que la gente se habituara a ir al teatro y al cine?

— Primero, haciendo cosas que verdaderamente interesen al público, porque llegó un punto en que tanto el cine como el teatro perdieron un poco el pulso de lo que el público quería ver. Pero ya se está demostrando el interés de la gente por el cine español. Cuando se haya conseguido atraer a todo el mundo a las salas comerciales, habrá que colaborar desde todos los sectores para que llegue.

— En el campo del cortometraje has dirigido «Seis mujeres, seis», un documental para el Instituto de la Mujer, y «Eulalia», de ficción dramática, que ha sido aclamado en varios certámenes. ¿Cómo te desenvuelves en este terreno?

— «Eulalia» fue un éxito y me probé algo a mí misma. Pero no está nada demostrado. Y el resto de las historias que tengo pensadas es para probar de nuevo cosas diferentes. Aprendes cosas sobre los lenguajes que hasta en «Fin de Semana» me sirven, porque hay un cierto tratamiento de las imágenes que te da una vivacidad increíble.

— ¿Resulta difícil salir adelante en el mundo de la realización?

— Lo más difícil es conseguir la financiación, para lo que se necesita una historia que avale esa inversión. En este momento, la política del Ministerio de Cultura es bastante abierta en este sentido.

— Inma, llevas muchos años en el mundo del espectáculo. Pero, ¿te ha afectado alguna vez lo que llaman el «síndrome de la niña prodigio»?

— Eso ha afectado a los demás, no a mí. Yo era una niña que trabajaba y me lo pasaba «pipa». Decidí que aquello iba a ser, primero, mi diversión y, después, mi profesión. Jamás hice productos absolutamente comerciales donde la niña fuera un ser particular que supiera hacer todo tipo de cosas y monadas; yo sólo interpretaba una serie de personajes acordes a la edad que yo tenía. Lo que pasa en este país es que trabajar desde muy pequeña entraña cierto prodigio y sí que hay gente que sigue remitiéndose a mi etapa como actriz niña. Y eso que yo he trabajado mucho desde entonces y hecho cosas que nada tiene que ver con mi experiencia anterior. Pero ya digo que aún hay gente que me califica como la niña prodigio que nunca fui.

— ¿Has pensado abandonar un poco el campo de la interpretación para volcarte más en la realización?

— Yo nunca abandono nada. Son cosas que intento hacer caminar paralelas. La interpretación me apasiona, pero sí quiero dividir las expectativas y los horizontes. Y como siempre tengo cantidad de historias que contar, en el momento en que no hay un proyecto de teatro interesante que me apetezca hacer, paso a dedicarme a estas otras cosas.

— ¿Qué proyectos tienes en manos actualmente, Inma?

— Estoy escribiendo guiones para un corto y un mediometraje y tengo el proyecto de unas historias cortas en episodios. Y como actriz, las cosas que me han llegado últimamente no las he podido compaginar con mi trabajo en televisión. Sigo con el programa mientras funcione y, la verdad, no me queda mucho más tiempo.

— ¿Y una chica tan ocupada como tú, saca tiempo para conducir?

— Sí, conduzco siempre. Trabajando en Torrespaña y en Prado del Rey, no te queda más remedio que conducir en esta ciudad. Aunque te diré que lo que de verdad me gusta es conducir en carretera, no en ciudad.

— ¿Eres buena conductora?

— Soy bastante intrépida y agresiva en el medio urbano. Como siempre voy con prisas, no me queda más remedio. Pero por supuesto, siempre respeto las normas. Pero dentro de ellas, a una le está permitido colarse de repente y eso intento hacer. Pero cuando voy en carretera, me relajo mucho. He conducido mucho, porque cuando hacía las giras del teatro casi siempre llevaba yo el coche. Incluso con palizas de viajes muy largos, de seiscientos kilómetros y así, pero no me molesta nada.

— ¿Tuviste desde el principio una cierta predisposición y aptitudes para el volante?

— Sí, claro. Saqué el carné a los dieciocho años y sin dificultad y nunca he tenido, hasta la fecha, ni el más leve choque. Multas, por aparcamiento, sí que he tenido.

— ¿Cómo ves el problema de la seguridad vial y el gran número de vidas que se cobra la carretera?

— Me preocupa leer que el mayor porcentaje de accidentes se producen por imprudencia del conductor. Yo soy una persona bastante prudente conduciendo y pienso que por cumplir con mi deber al volante no me va a pasar nada… aunque sé que eso no es ninguna garantía. No puedes prever ni la imprudencia del contrario ni el fallo mecánico del coche. No sé las medidas que se podrán tomar a nivel ministerial, pero supongo que los políticos tendrán que encargarse de reducir la peligrosidad que hay, como es el caso de los conductores suicidas y todas esas cosas que leemos por ahí. Yo, por mi parte, hago lo que puedo y procuro no entorpecer mucho al contrario.

Juan GIRON ROGER

Fotos: Miguel GARROTE

1 comentario:

  1. ¿Será pariente Inma de Santis (Inmaculada Santiago del Pino) del periodista Luis del Pino?

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