2 de octubre de 2011

La Actualidad Española – Dulce Pájaro Herido (1975)



Firmado por el periodista Santiago Peláez, que después se especializaría en la información deportiva, Dulce pájaro herido es un excelente reportaje sobre Inma de Santis en la revista La Actualidad Española, en el número 1.246 de noviembre de 1975, el mes y el año en que murió Francisco Franco. En las páginas leemos cómo Inma ya manifiesta el desencanto con la profesión que se agravaría durante esa década, y cómo deja entrever cuál es el problema del que nace su desdicha. Las fotos son de Rogelio Leal, y la primera imagen está tomada en la cocina de la casa de Inma en la calle del Limón de Madrid.

"Su nombre aparece grande en los carteles que anuncian las últimas películas españolas y su imagen es la de una mujer joven, guapa e inteligente. Pero más allá de esa imagen se halla la niña-mujer problema. Porque Inma de Santy, a los dieciséis años, no es feliz. Ni siquiera medianamente feliz. Todo lo contrario. Parece una niña vieja. Una niña pesimista, desengañada, que no ama el futuro porque el pasado le hizo daño. Una mujercita marcada por una profunda huella que no quiere confesar. A los dieciséis años —sin poses— no cree en el amor, ni en el individuo. ¿Tan mal le ha tratado la vida? ¿Tiene la culpa el cine? De hecho lleva once años trabajando delante de una cámara, pero no parece ser el cine la verdadera causa de sus problemas. A lo largo de la entrevista, Inma de Santy explica muchas cosas; pero se niega en redondo a definir dónde nace su frío pesimismo. Con todo, en sus contestaciones parecen adivinarse las razones de su melancolía. Esta es Inma de Santy, una deliciosa jovencita forjada por nuestro tiempo. La imagen de una parte de la juventud que lo tiene todo y que no tiene nada. Demasiado inteligente quizá. Demasiado sensible. Demasiado escéptica. Demasiado desgraciada, para sus dieciséis años...".

Si no me equivoco, La Actualidad Española cerró en 1979.

1 comentario:

  1. Es muy llamativo que una chica de 16 años hable así, y más en su -supuestamente- mejor momento profesional. Tal vez su inteligencia y esa rebeldía evitaron que se convirtiera en otro de esos juguetes rotos en los que por desgracia se transformaban los actores/actrices muy precoces. Poner de manifiesto lo que se cocía con ciertos directores y productores le trajo graves perjuicios profesionales, pero a la postre le sirvió para evitar cosas peores y también para abrir los ojos a otros. Fue muy valiente.

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