La indiecita Cachiqué

Inma de Santis intervino en al menos un episodio de Los Chiripitifláuticos, programa infantil que se emitió en TVE entre 1966 y 1976. Yo nací en 1971, de modo que aunque no recuerdo nada de lo que se dice nada, alguna vez tuve que ver algo a ciencia cierta. El que sí recuerdo es el programa que lo sustituyó, El gran circo de TVE, dirigido por Gaby, Fofó y Miliki, los inolvidables payasos de la tele que, anticipo ahora, veremos pronto con Inma.

La aparición de Inma en Los Chiripitifláuticos se fecha en 1973. Dispongo de estas dos fotografías y del nombre del personaje que Inma interpretó, la indiecita Cachiqué. La mujer rubia de la primera foto casi seguro que es María del Carmen Goñi (Valentina), y el hombre puede que sea Félix Casas (capitán Tan). En el blog Carta de Ajuste de Alejandro Macías hay dos buenos artículos sobre esta serie: Los Chiripitiflaúticos y Los Chiripitiflaúticos originales.

Volviendo la mirada a los lejanos 70, tomo conciencia de que fui un niño de gustos precoces. Precoces no, definidos. Quiero decir que ya tenía más que claro lo que me atraía: la ciencia ficción y las películas violentas para adultos. Esta orientación no me impedía disfrutar con algunos programas infantiles, especialmente con la mítica serie de dibujos Mazinger Z, que se emitió en España en 1978 y de la que recuerdo no sólo muchos capítulos sino hasta las emociones que me embargaron con el primero, cuando Koji Kabuto contempla al robot Mazinger Z por primera vez. Todo aquello que levantaba polémica, todo de lo que se decía que no era adecuado para niños, era lo que inmediatamente deseaba ver. Producciones algo ñoñas como sospecho eran Los Chiripitifláuticos, o me consta eran El gran circo de TVE y Barrio Sésamo, las podría ver y las veía, pero jamás me entusiasmaron como hicieron Star Wars, Superman o Moonraker. Lo mío era la pantalla grande.

Puedo contar una anécdota simpática de aquellos tiempos y la televisión, un suceso durante la emisión de la serie Yo, Claudio en TVE. El caso es que, como de costumbre, yo estaba viendo uno de los capítulos con la familia cuando el emperador Nerón ata a una mujer embarazada, toma una espada y como que se prepara para matarla abriéndole el vientre. Mi madre se levantó y, ante mi indignación, apagó la televisión y me privó de ver la escena. ¡Yo rugía de rabia! Pero lo peor ocurrió al día siguiente, cuando llegué al club de tenis y mis amigos se pusieron a hablar de Yo, Claudio y la escenita en cuestión: "¿La has visto? ¿No la has visto?". ¡Ay! No os podéis imaginar la desdicha que me invadió. Quería llorar de tristeza. Tanto me afectó aquel maltrato que aún hoy, más de 30 años después, le reprocho a mi madre lo que me hizo y, flexionando el bíceps, la advierto de que los tiempos en los que se me censuraba la televisión han pasado...