8 de junio de 2010

Con Pilar Miró II



En este suplemento de un periódico indeterminado, de marzo de 1988, Inma de Santis habla de su programa Fin de Semana, de la opinión que le merece la programación de cine en TVE, no del todo buena, y hasta de lo que piensan los jefes de Fin de Semana. Y no hay mayor jefe que Pilar Miró, directora general de RTVE. Inma alude a su experiencia con ella en Humillados y Ofendidos (1973), que podemos ver en la fotografía del post anterior. También nos cuenta algo de sus admiradores, de las cartas de amor que le escriben y del archivo secreto donde las guarda. En un reportaje adjunto, tenemos a la popular cantante Vicky Larraz, que marca distancias inmisericordemente con Marta Sánchez, su sustituta al frente de Olé Olé. En la canción No controles, a Vicky Larraz no le gusta que controlen su forma de vestir... a Inma de Santis, por unas declaraciones en el programa 3x4, de Julia Otero, sabemos que sus fans se la controlaban mucho.

4 comentarios:

  1. Siempre me había gustado más con menos de 20 años, pero me estoy dando cuenta de que mejoraba de año en año. No me extraña que te quedaras "prendao" de ella en esa época.
    Salu2
    J.A.Z.

    ResponderEliminar
  2. Sí, me quedé prendado en 1988, pero yo también pienso que estaba más guapa en los 70, cuando la moda era más favorecedora. Cuando ves imágenes de gente en los 70 te dices: "Eso que llevan me quedaría muy bien ahora", pero cuando ves imágenes de gente en los 80 te dices: "¡Van disfrazados!". Claro que en otras facetas culturales como el cine o la música, los 80 fueron insuperables. ¡Yo amo los 80!

    ResponderEliminar
  3. Después de ver algunas entradas de este blog y guiado por los versos de "Ferroviario Portugués",
    he llegado a un inesperado hallazgo geográfico:
    Madrid ha tenido mar.
    Durante unos 30 años. Apareció de pronto en el centro. Dos trozitos de Mediterráneo. Allí, en los ojos de una niñita. Pocos lo notaron al principio. Creció hasta ser Atlántico (aún recuerdo cuando, hojeando el Blancoynegro, al pasar una página, una ola me inundó y casi me ahogo).
    Desgraciadamente se fué a derramar sobre un desierto lejano, más allá de El Aaiun.
    Madrid, nuevamente, quedó sin mar.

    ResponderEliminar