14 de abril de 2010

El Mercenario – 1968



Die grosse Treibjagd (1968), en España titulada El mercenario, es una de las pocas películas de Inma de Santis que me restan por aprehender. Con guión de Ricardo Ferrer, poco es lo que sé sobre esta coproducción alemana, italiana y española, el primer y último trabajo como director de Dieter Müller.

La sinopsis que he leído me recuerda vagamente a El Jinete Pálido de Clint Eastwood. Un mercenario (Ray Danton) es contratado por el propietario de una mina para protegerla de los intentos de OPA extremadamente hostil por parte de otro empresario. Nuestro mercenario no tarda en descubrir que el enemigo de su jefe se ha hecho con los servicios de otro mercenario que él conoce bien: un viejo amigo con el que ha combatido durante años por todo el mundo.

Un usuario de IMDb comenta que una de las escenas más conmovedoras es cuando una pequeña niña, "quizá el personaje más interesante de la función", muere. Asumo que se refiere a Inma.

En 1974, interrogada por ABC sobre qué papel le había gustado más en el cine, Inma respondió: "Bueno, el que más me ha gustado, del que estoy más satisfecha, es el que hice en El mercenario. Es una película en la que yo, por una impresión fuerte, quedo muda. Entonces dramatizo con señas. Soy actriz... no sé, es la película de la que me encuentro más satisfecha. También de El otro árbol de Guernica, que la hice con Pedro Lazaga".

A Inma se la ve feliz junto al apuesto joven que empuña el subfusil. Según recuerda la madre de Inma, era un policía que participó como extra.

2 comentarios:

  1. Bien se puede apreciar desde su juventud la felicidad que irradia en lo que más adelante iba a ser su profesión, estas fotografías por lo menos a mí me demuestra que acertó en que su futuro fuese el ser actriz, véase lo feliz que está, y me reconforta pues así difícilmente quienes la seguimos queriendo la podemos ver, sentir, en una palabra estar más cerca de nosotros.

    Un saludo

    Manuel.

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  2. Sabias palabras amigo Manuel. En esta efímera vida hay que procurar quedarse siempre con lo bueno, con lo mejor. ¡Y al cuerno con lo malo!

    Un saludo.

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