De Inma de Santis |
"Me gustaría ganar el dinero suficiente para vivir en una isla con una persona. Pero sin casarme por la Iglesia, ¿eh? No me atrae en absoluto el matrimonio tal como se presenta hoy día. Aunque sí creo en la eternidad de algunos sentimientos". Inma de Santis en la revista Garbo, 1976
Quiero dar las gracias a mis amigos Manuel y A.H. A él por haberme advertido de la existencia de estos ejemplares de la revista Garbo con nuestra querida Inma. Y a ella por haberse tomado la molestía, ¡que sé que no!, de fotocopiarlos en la Biblioteca Nacional de España.
Paso a transcribir el contenido de los reportajes no sin antes subrayar el cambio que se obró en Inma entre el primer y segundo número, o lo que es lo mismo entre la primera y segunda mitad de los 70. Se evidencia nuevamente su desencanto con el mundo del cine y el tipo de papeles que le ofrecían.
¡Ah! ¡Este marzo el blog dedicado a Inma de Santis cumple un año! Gracias a todos los que os dejáis caer por aquí.
La niña se enamora. Garbo, 26 de septiembre de 1973
Inma de Santy acaba de cumplir catorce años. Es joven, muy joven, pero a sus espaldas lleva ya una importante carrera artística desde que a los cinco años se puso ante las cámaras para protagonizar la película «El niño y el muro». Catorce años y catorce películas en su haber, entre las que cabe destacar «El otro árbol de Guernica», «Experiencia prematrimonial», y «La duda», sin olvidar el teatro y la televisión.
Entre baño y baño Inma prepara la asignatura que le quedó suspendida en el pasado curso —matemáticas de cuarto— y una nueva película, «El asesino de muñecas», dirigida por Michael Skaife y en la que tendrá por compañero al también joven actor David Rocha. El rodaje de la película se iniciará dentro de pocos días en Barcelona.
«El asesino de muñecas» es un psicoanálisis de un psicópata cuya enfermedad mental está basada en uno de los resortes más característicos de la psicopatología criminal, el drama de la doble personalidad. En dicha película, Inma deja de ser la niña pequeña de nuestro cine, para mostrarse como una atractiva adolescente… ¡Con novio! Sí; Inma de Santy, que ya en la novela televisiva «Humillados y ofendidos», programada hace pocos meses, sentía una gran atracción por su protector, como niña agradecida por los cuidados que le dispensaba, en esta ocasión se enamora por derecho propio. ¡La niña se hizo mujer! Por lo tanto, en «El asesino de muñecas» podremos verla en su nueva faceta de jovencita con edad para enamorarse…
— ¿Lo último que has hecho en televisión?
— «La esfinge maragata».
Y como en su anterior novela. También le dieron un papel de niña triste y enferma que vive pobremente.
— ¿Vas a grabar algo en Prado del Rey antes de irte a Barcelona?
— Sí, haré la hija de Murillo en un episodio de la serie «Los pintores del Prado».
— ¿Eres ambiciosa?
— En el sentido de la palabra, no. Pero me gustaría conseguir lo que me propongo…
— ¿Qué te propones?
— Llegar a ser algo.
— ¿Cómo ves el mundo?
— Muy regular. No puedo decir que es malo, porque hay gente muy buena; ni puedo decir que es bueno, porque también hay gente muy mala…
Sí, Inma de Santy es una pequeña filósofa muy dada a profundizar en todo. ¡Por algo quiere estudiar Psicología!
— ¿Estás satisfecha del ritmo que lleva tu carrera artística?
— Sí. Llevo hechos muchos papeles de niña, porque lógicamente lo soy.
— ¿Y tienes ganas de dejar de hacer papeles de niña pequeña?
— No. ¿Por qué? Mientras me sigan considerando niña pequeña…
— Pero acabas de cumplir catorce años y en tu próxima película tienes hasta novio. Es decir, dejas de ser la niña a la que nos tienes acostumbrados y te conviertes en una señorita…
— Quizá tengas razón. Es posible que «El asesino de muñecas» me dé pie para convertirme en esa señorita que dices. ¡Pero no sé qué puede pasar!
Imaginamos que de pasar algo será favorable para su carrera de actriz. Entra en una etapa importante en que tendrán que escribirle argumentos, como se hizo con Marisol y Rocío Dúrcal… si es que los productores llegan a darse cuenta de que una nueva estrella empieza a resplandecer, con luz propia, en nuestro panorama cinematográfico.
David Rocha, el protagonista masculino, nació en Badajoz, hace veintiún años, aunque ha vivido toda su vida en la Ciudad Condal.
Estudia Declamación en la Escuela de Arte Dramático de Adriá Gual y debutó en el teatro en 1970, representando «Ronda de mort a Sinera», de Salvador Espriu, en el Festival de Venecia. Ha trabajado en diversas compañías y últimamente lo ha hecho en la del Teatro Nacional de Barcelona, interpretando un papel en «Macbett» de Ionesco, junto a Analía Gadé, Montserrat Carulla, Guillermo Marín, Enrique Guitart y otros destacados actores.
David ha tomado parte en algunos espacios televisivos grabados en Barcelona y también ha trabajado para la televisión francesa y alemana. En cuanto a cine, ha participado en «Una cuerda al amanecer», «Relax Baby» y «Aborto criminal».
— Ahora he puesto toda mi ilusión en esta que voy a rodar junto a Inma de Santy. Puede ser una película muy buena.
— ¿Cómo has sido elegido para el protagonista masculino?
— El guionista y director, Michael Skaife, que ha buscado entre muchos actores de Madrid y Barcelona, cree sinceramente que respondo al personaje imaginado por él. Se trata de un papel muy bonito que tiene muchos matices.
Gran parte de los exteriores de esta película se rodarán en el Parque Güell.
— ¿Qué haces estos días en Madrid?
— Estudiar mi personaje con Michael Skaife, y rechazar, sintiéndolo mucho, uno de los papeles protagonistas de «Mil noches y el alba», de Tatín Romero Machent, debido a que su película coincide con las fechas en que debo estar rodando en Barcelona.
— ¿Lo lamentas?
— Mucho. Para mí, que estoy empezando, es importante que un profesional como Romero Machent me llame a Barcelona para ofrecerme un protagonista.
David quiere añadir algo:
— Que Inma de Santy es admirable. No la conocía personalmente pero me ha encantado su dulzura y naturalidad. Es una chica sin ningún problema ni complejo. Y como compañera dicen que es fabulosa.
Y David Rocha lanza sobre la guapísima y sonriente Inma de Santy una larga, dulce y silenciosa mirada…
"En el ambiente del cine sólo existe el beso fácil". Garbo, 19 de mayo de 1976
Se puede decir que es una jovencita airada. Responde perfectamente a ese estilo de chica inconformista, con cierto aire de sabérselo todo, de no consentir «que se le tome el número cambiado», de implantar su opinión «y ya está». «¿No? Pues qué te creías». Y una, que sólo pretende observar y preguntar, pues…
— Pues el futuro no lo veo, no soy capaz de imaginármelo. Sólo espero que esto cambie y se haga más serio. Hay demasiado «cachondeo» en esto del cine y los famosos desnudos. Sí, yo he hecho desnudos, pero desnudos lógicos, que se veía que eran necesarios. No como ahora, que son absurdos, gratuitos. Y a esto, sí hay que negarse y de hecho ya me he negado. Va contra mis principios, me gusta la naturalidad.
— Puede que tengas un precio…
— Pues no lo haría ni por dinero ni por nada. Yo creo que las cosas hay que planteárselas alguna vez y creo que este es mi momento. Me refiero a lo que debo o no debo hacer.
— Vamos, no te irás a decir lo de si lo justifica el guión…
— No. Claro que no. Mira, la forma de plantearte las cosas cuando te proponen una película ya es absurda. Porque no te dicen claramente que vas a hacer una película pornográfica, sino que lo disfrazan todo. Lo menos que una debería saber es qué tipo de cine está aceptando hacer. Pero nunca se sabe. A mí me han llegado a preguntar con el guión en la mano qué me molestaba más, si besar a una señora o hacer «streap-tease».
— ¿Cierta aversión al desnudo, quizás?
— No, no tengo ningún tipo de aversión al desnudo, porque así hemos nacido. Lo que rechazo es que se busque el morbo en el desnudo, buscando o rebuscando los más bajos instintos. Aquí, lo importante, por lo visto, es disfrazar y contra eso sí que voy. ¿Por qué no se disfraza la violencia? Se presenta como es, ¿no? Pues lo mismo se debería hacer con el desnudo.
— Inma de Santis dice que tiene 17 años. A mí me da la impresión de estar hablando con una persona totalmente madura. Y sin embargo –en contraste– su físico no da más de 15 años.
— En esto aciertas. Hasta mis amigos son bastante mayores que yo. Oscilan entre los 25 y los 40 años. Y no tengo ningún amigo actor o actriz. En este ambiente es muy difícil profundizar en las relaciones, aquí sólo existe el beso fácil, el «cachondeo»… Los actores siempre van a lo mismo, ya sabes, ¿no?
— Pues…
— Pues no les interesa otra cosa. A mí me parece interesante conocer a una persona, ir descubriendo cómo es… y si quieres… luego que venga todo lo demás.
(El caso es que sus ojos, su mirada, es ingenua)
— Depende de lo que tú definas como ingenuidad. Mira, en el ambiente del cine me pienso más las cosas. Creo que veo con claridad. Y eso me salva.
Inma de Santis empezó su carrera en el cine por un anuncio. Pedían una niña con aspecto de alemana para una coproducción hispano-mejicana: «El niño y el muro». Tenía 5 años.
— Me acuerdo que subía en un ascensor con mi madre. Yo era muy tímida y no decía ni una palabra. La prueba consistía en que otro niño, detrás de una silla, me hablaba. Yo tenía un balón en las manos. Entonces el niño me insultaba una y otra vez. Y yo, nada, ni una reacción, ni una palabra. Y de pronto el niño me grita: «¡Patas torcidas!». Y yo, roja de rabia, le grité: «¡Patas torcidas, tú!», y le tiré el balón. Resulta que por esto les gusté. Me dieron el guión y mi madre me puso a estudiarlo.
Luego hizo papeles más pequeños, otras veces alternaba protagonistas. Y así hasta 21 películas, más de 100 obras en TVE, y tres obras de teatro.
— Ahora acabo de terminar el rodaje de «El invernadero». Es el primer papel que hago de niño de 14 años. Siempre he hecho papeles de mayor.
— Imagino que serás una magnífica actriz…
— Pues de nada sirve ser una buena actriz. En este país, mejor dicho en el cine de este país sólo se busca a «La hembra del macho hispánico». Fíjate, yo a los 50 años me veo haciendo la ilusión de toda mi vida, viajando. Porque el itinerario de una actriz en España se acaba pronto. No hay papeles para esta edad. En fin, el problema está en que así me encontré el panorama del cine. Ni lo esperaba ni no lo esperaba. Así estaba y así está.
— No tienes edad para ser tan escéptica.
— Sí, soy escéptica y pesimista. Espero más lo mediocre que lo bueno. Encuentro a la gente muy vulgar. En toda mi vida…
— Corta vida, diría yo…
— De acuerdo, en toda mi corta vida, entre 75.000 personas que habré conocido, no creo haberme encontrado ni tan siquiera con 10 de talento. La gente sólo piensa en el dinero.
— ¿Y tú, piensas en el dinero?
— No necesito demasiado del dinero. Tampoco, por mi edad, puedo disponer de mucho. Ahora mismo sólo llevo un duro en el bolsillo. Me gustaría ganar el dinero suficiente para vivir en una isla con una persona. Pero sin casarme por la Iglesia, ¿eh? No me atrae en absoluto el matrimonio tal como se presenta hoy día. Aunque sí creo en la eternidad de algunos sentimientos.
Y acaba diciéndome que no tiene ambiciones, que es muy sentimental, que lee mucho, que estudia COU, que quiere hacer Psicología, y que, a pesar de sus estudios, de saber ballet, de tocar el piano, inglés, nada le ha servido tanto como conocer a la gente, ir descubriendo cómo es.
— Yo soy sensible, egoísta para los afectos, nerviosa y finalmente tímida.
A veces uno descubre cosas maravillosas. Oyendo esta canción A Certain Romance in Kowloon Tong - My Little Airport, que has puesto en el otro enlace, en el silencio de la noche a muy bajo volumen y leyendo este articulo, a uno le pasa como a Inma, que se conforma con muy poco, en mí caso, hoy me siento como un Rey.
ResponderEliminarEfectivamente, recuerdo que en las entrevistas a casi todos los cuerpos serranos de la época del destape decíase, pues claro que lo haría? si es por exigencias del guión….
Muchas gracias Octopus, y un honor A.H.
Un saludo
Manuel
Gracias a ti, Manuel. ¡Ojalá nos esperase Inma en Kowloon Tong!
ResponderEliminarBenemérita labor de este blog, al hacer patente a la Madre y Hermana de Inma, cuántos buenos admiradores tenía y tiene.......
ResponderEliminarGracias amigo Filomeno.
ResponderEliminar