De Inma de Santis |
Inma de Santis con una jovencísima Maribel Verdú a finales de los 80
¿Quién es el hombre del medio? Me suena mucho pero no recuerdo cómo se llama
Esta es la carta que, por razón de una causa justa, envié hace unas semanas al ayuntamiento de Madrid, ¡que espero haga algo al respecto!
--------------------
A la atención de Dña. Alicia Moreno Espert, Delegada del Área de Gobierno de las Artes.
Estimada señora:
Empezaré yéndome un poco por las ramas y estableciendo una analogía con la pequeña localidad de Cholame, en California, en la que existe un modesto memorial, una escultura dedicada a James Byron Dean, el célebre actor que falleció en la juventud en un accidente de tráfico en las inmediaciones de ese lugar, en septiembre de 1955. Dean había nacido en Marion, Indiana, donde doy por sentado que alguna calle, cine o edificio público llevará en justicia el nombre de su residente más famoso. Sirva este breve preámbulo para saltar a Madrid y exponer la razón de esta carta, que no es otra que la de solicitar humildemente alguna clase de reconocimiento para quien hasta ahora no lo ha tenido, concretamente para una mujer nacida y crecida en la capital de España y que, al igual que James Dean, se encumbró en el cine además de —en su caso— el teatro y posteriormente la televisión. También ella se fue antes de lo que habría sido natural, a causa de la fatalidad en la carretera.
Inmaculada Santiago del Pino, más conocida por su nombre artístico de Inma de Santis, vino al mundo en Madrid, en febrero de 1959. Sólo vivió 30 años pero los aprovechó intensamente. Con cinco años, en un casting celebrado en 1964 en Torre Madrid, fue seleccionada para la coproducción hispano-mexicana El Niño y el Muro, un pequeño paso para una niña pero un salto gigantesco para la actriz que vendría a continuación, que trabajaría en numerosas películas e incontables obras de teatro en las que se prodigaba bien en directo o bien en representaciones para TVE. Fuese en un lugar u otro, Inma se aplicó junto a los actores más importantes de su época: Juan Luis Galiardo, Francisco Rabal, José Luis López Vázquez, Fernando Rey, Manolo Escobar, Alberto Closas, José Bodalo, Sancho Gracia, Antonio Ferrandis, Marisa Paredes y más, muchos más. Juraría que incluso coincidió en alguna obra que otra con Núria Espert.
El cine, o más concretamente el tipo de papeles que le ofrecían en el cine, nunca colmó del todo las expectativas de Inma, que en detrimento de la fama fácil y quizá efímera que la explotación de su belleza le reportaría, se fue decantando por lo que consideraba la verdadera interpretación, algo que sólo el teatro podía darle. A lo largo de trés décadas, Inma fue un rostro habitual en Novela y Estudio 1, producciones teatrales de TVE que se emitieron en los años 60, 70 y 80. Pero siempre inquieta, la eterna adolescente no se durmió en los laureles o la autocomplacencia, y tras licenciarse en la rama de Imagen de Ciencias de la Información, escribió guiones y soñó con ponerse tras la cámara y encargarse de la dirección, llegando a escribir, rodar y hasta producir un cortometraje, Eulalia, que en 1986 ganó la palma del Festival de Cine Independiente de Elche y el primer premio del Festival de Alcalá de Henares. Fue en aquellas fechas, a finales de los 80, cuando Inma dirigió y presentó Fin de Semana en TVE, un magazín de exquisito gusto, récord de audiencia y al que podríamos calificar como la antítesis de mucho de lo que vemos, o en mi caso nos negamos a ver, en las cadenas de televisión de hoy.
El que sería el último año en la vida de Inma, 1989, amaneció soleado, con buen viento y un nuevo espacio en TVE, el pionero El tiempo que vivimos, enfocado en los intereses propios de la tercera edad. Precisamente, debido a este programa tuvo que cancelar un viaje que tenía programado al Sáhara, y que al fin, aprovechando una ventana de lanzamiento en forma de vacaciones, pudo llevar a cabo en diciembre, partiendo con unos amigos desde Segovia con el propósito de recorrer parajes exóticos en Marruecos, Argelia y Mauritania. Lamentablemente y como usted seguramente recordará, el todoterreno conducido por Inma volcó el 21 de diciembre cerca de la localidad marroquí de Dajla, causándole la muerte de forma prácticamente instantánea. El cruel destino nos la quitó y se llevó todo lo que tenía y todo lo que podría haber tenido.
Señora Espert, ya me han informado de que el proceso lleva su tiempo, lo sé, pero le estaría muy agradecido si, en el mejor de los casos, usted pudiera facilitar que mi petición de que se adjudique una calle, plaza, paseo, centro cultural o dicho vulgarmente "lo que sea" que de manera digna lleve el nombre de Inma de Santis. Y en el peor de los casos, si simplemente pudiera dar curso a esta solicitud, le estaría agradecido igualmente. Dentro de algo más de un año, en diciembre de 2009, se cumplirá el vigésimo aniversario de la muerte de Inma. Sería muy bonito que algo físico y tangible la homenajease como se merece. Sepa bien que no solamente la señora madre de Inma sería feliz al verlo. En Madrid y en España, son miles las personas que guardan en sus mentes algo más que un rincón para Inmaculada Santiago del Pino.
Atentamente,
(Mi firma)
Esta es la carta que, por razón de una causa justa, envié hace unas semanas al ayuntamiento de Madrid, ¡que espero haga algo al respecto!
--------------------
A la atención de Dña. Alicia Moreno Espert, Delegada del Área de Gobierno de las Artes.
Estimada señora:
Empezaré yéndome un poco por las ramas y estableciendo una analogía con la pequeña localidad de Cholame, en California, en la que existe un modesto memorial, una escultura dedicada a James Byron Dean, el célebre actor que falleció en la juventud en un accidente de tráfico en las inmediaciones de ese lugar, en septiembre de 1955. Dean había nacido en Marion, Indiana, donde doy por sentado que alguna calle, cine o edificio público llevará en justicia el nombre de su residente más famoso. Sirva este breve preámbulo para saltar a Madrid y exponer la razón de esta carta, que no es otra que la de solicitar humildemente alguna clase de reconocimiento para quien hasta ahora no lo ha tenido, concretamente para una mujer nacida y crecida en la capital de España y que, al igual que James Dean, se encumbró en el cine además de —en su caso— el teatro y posteriormente la televisión. También ella se fue antes de lo que habría sido natural, a causa de la fatalidad en la carretera.
Inmaculada Santiago del Pino, más conocida por su nombre artístico de Inma de Santis, vino al mundo en Madrid, en febrero de 1959. Sólo vivió 30 años pero los aprovechó intensamente. Con cinco años, en un casting celebrado en 1964 en Torre Madrid, fue seleccionada para la coproducción hispano-mexicana El Niño y el Muro, un pequeño paso para una niña pero un salto gigantesco para la actriz que vendría a continuación, que trabajaría en numerosas películas e incontables obras de teatro en las que se prodigaba bien en directo o bien en representaciones para TVE. Fuese en un lugar u otro, Inma se aplicó junto a los actores más importantes de su época: Juan Luis Galiardo, Francisco Rabal, José Luis López Vázquez, Fernando Rey, Manolo Escobar, Alberto Closas, José Bodalo, Sancho Gracia, Antonio Ferrandis, Marisa Paredes y más, muchos más. Juraría que incluso coincidió en alguna obra que otra con Núria Espert.
El cine, o más concretamente el tipo de papeles que le ofrecían en el cine, nunca colmó del todo las expectativas de Inma, que en detrimento de la fama fácil y quizá efímera que la explotación de su belleza le reportaría, se fue decantando por lo que consideraba la verdadera interpretación, algo que sólo el teatro podía darle. A lo largo de trés décadas, Inma fue un rostro habitual en Novela y Estudio 1, producciones teatrales de TVE que se emitieron en los años 60, 70 y 80. Pero siempre inquieta, la eterna adolescente no se durmió en los laureles o la autocomplacencia, y tras licenciarse en la rama de Imagen de Ciencias de la Información, escribió guiones y soñó con ponerse tras la cámara y encargarse de la dirección, llegando a escribir, rodar y hasta producir un cortometraje, Eulalia, que en 1986 ganó la palma del Festival de Cine Independiente de Elche y el primer premio del Festival de Alcalá de Henares. Fue en aquellas fechas, a finales de los 80, cuando Inma dirigió y presentó Fin de Semana en TVE, un magazín de exquisito gusto, récord de audiencia y al que podríamos calificar como la antítesis de mucho de lo que vemos, o en mi caso nos negamos a ver, en las cadenas de televisión de hoy.
El que sería el último año en la vida de Inma, 1989, amaneció soleado, con buen viento y un nuevo espacio en TVE, el pionero El tiempo que vivimos, enfocado en los intereses propios de la tercera edad. Precisamente, debido a este programa tuvo que cancelar un viaje que tenía programado al Sáhara, y que al fin, aprovechando una ventana de lanzamiento en forma de vacaciones, pudo llevar a cabo en diciembre, partiendo con unos amigos desde Segovia con el propósito de recorrer parajes exóticos en Marruecos, Argelia y Mauritania. Lamentablemente y como usted seguramente recordará, el todoterreno conducido por Inma volcó el 21 de diciembre cerca de la localidad marroquí de Dajla, causándole la muerte de forma prácticamente instantánea. El cruel destino nos la quitó y se llevó todo lo que tenía y todo lo que podría haber tenido.
Señora Espert, ya me han informado de que el proceso lleva su tiempo, lo sé, pero le estaría muy agradecido si, en el mejor de los casos, usted pudiera facilitar que mi petición de que se adjudique una calle, plaza, paseo, centro cultural o dicho vulgarmente "lo que sea" que de manera digna lleve el nombre de Inma de Santis. Y en el peor de los casos, si simplemente pudiera dar curso a esta solicitud, le estaría agradecido igualmente. Dentro de algo más de un año, en diciembre de 2009, se cumplirá el vigésimo aniversario de la muerte de Inma. Sería muy bonito que algo físico y tangible la homenajease como se merece. Sepa bien que no solamente la señora madre de Inma sería feliz al verlo. En Madrid y en España, son miles las personas que guardan en sus mentes algo más que un rincón para Inmaculada Santiago del Pino.
Atentamente,
(Mi firma)
Luis Eduardo Aute
ResponderEliminarAh sí, gracias Filomeno.
ResponderEliminarLa Señora Moreno.....¿Más proclive a dedicarle una calle a Doña Pilar Bardem?
ResponderEliminarFilomeno, las últimas noticias que tengo (de hoy) son que están en ello. A ver...
ResponderEliminarAinda ben.....!
ResponderEliminar